Había disfrutado de un concierto de Andrés Rieu que milagrosamente pude grabar solemnemente en un viejo casete de vídeo, una joya de las pocas que ya quedaban, la nueva tecnología del DVD se encargaba entonces de pasarlo a la historia sin más explicaciones que las que ofrece el vencedor al moribundo.No era música para bailar por un latino , en todo caso un especial canto de esperanza, el himno secreto de lejanas latitudes, la marcha del triunfo que puede servir para curar cualquier momento menos este.
Era una noche rara con sabor a humo a tierra mojada y lagrimas secas por la inminente partida.Todo estaba listo para viajar ordenadamente, en dos maletas aguardaba la vida entera, los recuerdos queridos de la infancia ,fotos amarillentas de otras épocas verdaderos amuletos que solo la muerte puede quitarnos ,papeles que quizás no le lleguen a interesar a nadie , poemas sueltos escritos en las calles de los días y la misma sensación de ausencia pegada en el rostro, vista en tantas partes y que nunca creímos real como para ser sus verdaderos protagonistas, el mundo siempre fue demasiado distante para habitarnos, en la sucesión interminable de estos aguaceros que ya duran medio siglo, en que las perdidas son incosteables y las concecuencias medidas en asombro colmaron las palabras.
Camino descalzo sobre el piso de los mediodías en la casona repleta de recuerdos, tan limpio y frío, perfumado no por bálsamos paradisíacos si no por manos diligentes en el olor inconfundible del jardín, trato de adivinar la respiración de las paredes en el susurro de cada objeto con vida propia galopando en el tic tac del reloj, temo que no será suficiente, queda muy poco tiempo para el final de la noche y los gallos se adelantan hoy más que nunca,cantan la inocencia compartida en sus trinos de gala, una melodía ancestral que trato de conservar en los oídos, como una despedida de cariño ofrecida en nombre de los animales del corral.Todos fingimos dormir pero miramos disimuladamente al techo de las soluciones desesperadas, un torbellino multicolor de pensamientos se nos echan despiadadamente encima, invitándonos a caminar más allá del portal y el cristal de la puerta, sumergiéndonos en las esquinas y los parques, en los pasos conocidos del polvo quieto del camino, en la cabellera de las palmas que siguen su ascenso indetenible en la oscuridad del patio.
Desde aquí vemos prender las primeras luces en las casas del vecindario, donde la niebla sin resistirse sede cada centímetro al nacimiento de la luz... pronto muchos se irán al trabajo y continuará el mismo sueño en el humo del café nuestro de cada día.El aeropuerto de Rancho Boyeros en la capital cubana no es una terminal aérea como otra cualquiera , es diferente por que esta unida al entretejido de una obra no escrita y cuyo centro sitúa como protagonista a la familia cubana. Pero como el resto es un hervidero a estas horas de la mañana, el ruido de los aviones llegando o despegando completan el paisaje humano que ahora tengo ante mis ojos, una familia de aspecto demasiado pálido pasa muy cerca dejando una estela de perfume dulce e insoportable en el ambiente , es probable que provengan de un país con mucho frío y extraño idioma céltico, mas allá todos abrazados lloran la partida de un familiar querido que se pierde tras unas rayas amarillas dispuestas de forma intencional sobre el piso y que separan el ultimo encuentro real y en vivo de cada historia sin escribir.
Desde aquí vemos prender las primeras luces en las casas del vecindario, donde la niebla sin resistirse sede cada centímetro al nacimiento de la luz... pronto muchos se irán al trabajo y continuará el mismo sueño en el humo del café nuestro de cada día.El aeropuerto de Rancho Boyeros en la capital cubana no es una terminal aérea como otra cualquiera , es diferente por que esta unida al entretejido de una obra no escrita y cuyo centro sitúa como protagonista a la familia cubana. Pero como el resto es un hervidero a estas horas de la mañana, el ruido de los aviones llegando o despegando completan el paisaje humano que ahora tengo ante mis ojos, una familia de aspecto demasiado pálido pasa muy cerca dejando una estela de perfume dulce e insoportable en el ambiente , es probable que provengan de un país con mucho frío y extraño idioma céltico, mas allá todos abrazados lloran la partida de un familiar querido que se pierde tras unas rayas amarillas dispuestas de forma intencional sobre el piso y que separan el ultimo encuentro real y en vivo de cada historia sin escribir.

Pido un café el ultimo,mientras espero el tiempo parece detenerse , los niños juegan inocentes desde sus escasos años y una música de cuyas notas rebotan palabras que tarareamos tantas veces ahora quedan dibujadas en las paredes y los techos rojos del recuerdo, allá están los amplios ventanales de cristal y la pista que reverbera en este verano violento del caribe, donde descansa el avión que aguarda la salida ordenada¨ de cuatro cubanos en la lista de los veinte mil según reza en los acuerdos migratorios .

No hay dudas es la última noche en mi país, en pocas horas será otro el piso y el olor de los arboles y nuevos poemas, sobre nuevos puentes y nuevas calles a recorrer, pero con los mismos recuerdos y las mismas historias increíbles de los cubanos de allá y de acá, envueltos todos en esta inverosímil pero cierta hecatombe de la especie humana ... pero no somos los únicos las agencias de viajes informaron que los pasajes de avión se agotaron ¡ volaremos a EEUU como la familia de turistas cubanos que nunca fuimos.