... Siempre acompañaba a la abuela al cementerio a llevar flores a los vivos como decía, un día comprendí desde mis escasos años el por que de aquellas palabras , nunca me dejo escuchar lo que hablaba, establecía largas conversaciones con ellos y reía recordando momentos fiestas y diabluras que hicieran juntos, con el abuelo era diferente la comunicación, solía ser rayana no había lagrimas en sus ojos una extraña sensación recorría su cuerpo, una lucha interna que le gritaba lo incuestionable de la desaparición física de aquellas personas pero momentáneamente vencía la enorme resistencia ofrecida por la fulgurante luz del destino, pedía consejos y escuchaba con detenimiento las respuestas que solo ella comprendía, un ligero movimiento de la cabeza expresaba el curso de la conversación, así que con solo observar podías sumarte a la platica sin mucho esfuerzo - Mientras hablemos con ellos no morirán por lo menos yo no lo voy a dejar a su suerte, lo dijo muchas veces de ahí su victorioso paso con lo que se proponía ,para ella la única forma de vencer a la muerte era esa.